Mercedes García Sánchez
El ROSA ya no es sólo un color para las niñas o para aquellas consideradas “aniñadas”. Hoy en día es un color que ha impuesto fuerza por su correlación con el “color de la mujer y para la mujer”.
El color rosa propone identificar los productos que están enfocados en la femineidad, en el sexo femenino. Las empresas lo saben y le han apostado a este color para realzar sus ventas y atraer a la mujer hacia sus productos.
Y así comienza la batalla entre las compañías para que su producto “estrella” logre el éxito esperado. Desde una caja de leche, una envoltura, utensilios de cocina, entre otros…hasta un ¡auto de lujo ROSA! Tal como lo hizo Chevrolett con su Corvette 2011 rosa, diseñado para que toda mujer disfrute el paseo, pero sea independiente y se sienta cómoda y femenina al manejarlo. ¿Las ventas? Bastante redituables, pues desde niñas muchas mujeres soñaban con ese famoso cochecito.
Y qué decir de la iniciativa generada en la ciudad de Puebla, en donde se introdujeron taxis rosas manejados por mujeres que ofrecen servicio sólo a mujeres. Todo un éxito sin lugar a dudas, tanto que otros estados están por implementarlo.
Estudios de marketing señalan que apostarle al rosa no es sinónimo de éxito, ya que las mujeres no desean sentir que un color las cataloga. Lo cierto es que el rosa se decodifica como el color de la delicadeza (es suave, dócil y tierno), el de los sueños agradables y el de las ilusiones (quien piensa en rosa vive la vida en un estado de ensoñación y optimismo) y simboliza la sensibilidad, el encanto y el romanticismo ideal.
El color ROSA tiene aún mucho más camino por recorrer en esta creciente ola de productos que continúa al acecho de toda aquella mujer delicada, sensible , optimista y romántica. Porque sin duda son LA MAYORÍA.